Uno de estos rincones madrileños sorprendentes. Un espacio "orgánico" decorado en blanco con variada vegetación que cuenta con algunos pequeños puestos de comida y bebida (panadería, charcutería, frutería, etc) rodeando el pequeño patio, junto con un restaurante ecológico. Ello le permite mutar de tienda/mercado en donde tomar un batido a restaurante. Un lugar curioso que sin duda para los amantes de lo vegano será un referente.
Estilo: Los puestos son de verduras, quesos, batidos/bebidas, plantas, etc. Y ofrecen algunos productos para degustarlos en sus taburetes altos. El único restaurante abre una vez cierran éstos, y ofrece una carta de platos veganos-vegetarianos en su mayoría, con recetas sudamericanas o asiáticas, y con algún plato de carne o de ibéricos con la etiqueta de “orgánicos”. El espacio es amplio y cómodo, con muchas plantas decorativas, con toldos y con una cristalera central por la que entra claridad; la mesa está bien puesta y con servicio de mesa eficiente. El ambiente es muy relajante y tranquilo, con un público de edad media en torno a los 35 años.
Punto fuerte: Ofrece varias alternativas veganas y vegetarianas, y el espacio resulta fresco y amplio.
Punto débil: Tiene pocas mesas y la carta es algo corta.
Horario: Mediodías de 13:30 a 16:30 y noches de 21h a 00h.
Horario: Mediodías de 13:30 a 16:30 y noches de 21h a 00h.
Referencias en precio: Entrantes 9-10€, principales en torno a 12€ y postres 5,5€. Tabla de Ibéricos y quesos, 15€.
Situación: En un patio interior del portal XX de la calle San Lucas. Según bajas Augusto Figueroa, una manzana a la izquierda. Metro Chueca o Alonso Martínez en su defecto.
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