Un clásico y un referente del tapeo en Chamberí. Un bar sin florituras pero con encanto en el que nunca falta la tapa y el servicio profesional. Perfecto para tomar unas cañas y picar alguna ración de patatas, albóndigas o su clásico "Colesterol" a base de huevos, patatas, chorizo y pimientos.
Estilo: De bar madrileño centenario pero en buena forma. Tinajas gigantescas como base de las mesas, azulejos, y botellas y botellines de distintas épocas sirven de presentación a una gestión basada en tapas y en raciones clásicas y sencillas con buena materia prima. Patatas, embutidos, quesos y productos del vecino bar gallego (mismos dueños) en abundancia son el reclamo para sus muchos fieles, que acostumbran a ser grupos de amigos que rondan los 25-30. Ahora con una gran pantalla de TV en la que proyectan partidos.
Punto fuerte: La decoración y mobiliario de bar centenario madrileño, manteniendo la costumbre de ofrecer distintas tapas con cada consumición. Buena materia prima.
Punto débil: No es fácil encontrar mesa-taburete libre en la sala frente a la barra. En su interior no es tan complicado, pero tiene menos ambiente.
Referencias en precio: Raciones rondando los 10€, tapas calientes 3,5€-4,25€, caña 1,40€, tercio, refresco y tinto de verano 2,50€ (siempre con tapa); Copas 5,50€.
*Admiten cheques restaurante.
Situación: Según se sube por José Abascal, pasado el metro de Alonso Cano, se tuerce en Ponzano a mano derecha y se encuentra a escasos 50 metros. Metro Alonso Cano.
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