Es un local con la apariencia de toda la vida en el que comer las tapas y raciones de toda la vida. El local tiene encanto y se diferencia en su informalidad; sus mesas y bancos son de madera y la barra de bebida y la de comida están separadas, siendo todo de self service (te avisan diciendo tu nombre y tocando la campana). Tiene un pequeño comedor con mantel al fondo, y una parte baja con más mesas bajas.

Estilo: Cocina tradicional española, cocinado de modo muy casero y con muy buen producto. Informal en el trato y en el local, si bien con encanto por su decoración clásica madrileña y sus salsas y cocina “de la abuela”. Sirven también cervezas y sangría en jarras.
Punto fuerte: La carta es bastante amplia, la materia prima es buena y todo lo que pruebes está muy bueno. Tiene encanto. Destacaría el pisto y las berenjenas.
Punto débil: La cantidad en las raciones es algo escasa.
Referencias en precio: Raciones a 8-10€. Menú del día (con medias raciones) a 10€.
Situación: Se encuentra muy cerca de la que se denomina Plaza de San Bernardo (Glorieta de Ruiz Jiménez), bajando hacia Gran Vía a mano derecha y haciendo esquina con un exterior de estilo clásico en marrón y con grandes ventanales. Metro San Bernardo.
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